Dos de la tarde en una
conocida librería de Tristán Narvaja. El sabio librero, un empleado y una
cliente estaban dentro cuando entré. Comencé a ojear unos libros que recién
habían llegado cuando ingresó repentinamente un hombre y preguntó por un autor.
— Ah, lo conozco, es un autor
de ciencias económicas, pero no trabajamos ese rubro... — contestó amablemente
el librero.
— Swining — prosiguió el
hombre.
— Justo de ese tenía algo,
pero salió ayer mismo para Minas…
El hombre aventuró un tercer
nombre.
— De él sí puede haber algo…
El librero lo invitó a buscar
el material junto a su empleado, caminando unos pasos hacia el fondo de la
librería.
Por mi parte, me dispuse a
seguir consultando, pero antes del minuto veo al hombre acercarse abruptamente
e insultar al empleado y al librero recordando a sus respectivas madres.
Llegando a la puerta, sentenció:
— ¡Seguro que de Marx tenés
una estantería!
Ante el estado de estupor de
los cuatro allí presentes, no olvidaré las palabras algo resignadas del longevo
librero:
— Este era un país de gente
educada... Más todavía, la gente que visitaba las librerías…
Al fin te dignaste a escribir devuelta!! es bueno que lo hayas hecho... creo que la fiebre economista por la que estamos atravesando hace un par de años (todos quieren ser contadores y administradores de empresa) es el reflejo de un cambio conceptual tremendo. El enojo y la frustración ante la imposibilidad de conseguir algo (que de primera mano estaba mal buscado porque las librerías de Tristán Narvaja se manejan sobre todo en el ámbito de las humanidades), y la posterior repuesta a la negativa del librero, no se diferencian en nada de la respuesta de cualquier niño de 5 años al que no le compran la golosina o juguete o entrada para "1direction" que tanto quiere. Lacan planteaba al sujeto como un sujeto del deseo, retomando el viejo concepto de Freud y aplicándolo al pensamiento Marxista... una sociedad sin política para mediar entre sujeto y objeto llevaría a tres millones de niños... celebro que existan bibliotecas enteras llenas de Marx, y de Freud, y de Foucault, etc etc etc...
ResponderEliminarHola Bruno: gracias por tu generoso comentario en mi blog, recién hoy me decido a conocerte a través del tuyo, es muy lindo lo que hacés. Personalmente de ésta anécdota puedo decir que prefiero los lectores apasionados a los educados, y también creo que el concepto de gente "bien educada" que utiliza el librero como sinónimo, sobre todo, de "gente que acude a las librerías" podría discutirse, aunque yo también prefiera los libros de Marx a los de economía.
ResponderEliminarBueno seguiré leyéndote y manteniéndome en contacto por esta vía que hemos establecido, sos de Uruguay, adoro a Marosa!
Gracias especialísimas a ambos, ya lo he hecho vía mail o personalmente, pero faltaba hacerlo por aquí. Es bello saber que lo que sale de uno no encuentra un muro, sino que, por el contrario, logra escabullirse por algún escondrijo de luz...
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