«A Lilia, tenés la cara redonda como tu abuela, así, bien redondita, no
muy narigón, un poco a tu abuela Lilia… La cara, la forma de la cara, y en el
entrevero él, muy simpático es tu hijo Raquelita… Linda dentadura, qué linda
dentadura, seguro nunca estuviste en el dentista… A mamá te parecés, hasta a mi
madre te parecés, cara redonda… Qué cosa… la barba bien oscura y el pelo bien
negro, parece teñido…»
Tía Dora, la centenaria más uno.
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