viernes, 30 de marzo de 2012

El riesgo de ser torito

El torito caminaba por la desolada playa. Me quedé mirándolo hasta que mis ojos dejaron de ser los únicos. Un perro negro, asumo que con dueño dado su collar, se fue acercando. Sentí algo de miedo, estaba allí solo y ese perro jadeante que estaba cada vez más cerca. No venía hacia mí sino hacia torito.




No hay comentarios:

Publicar un comentario