Ingresaré a él por aquello que le ha dado piel en esta inmensidad, por aquello que trasciende toda condición terrena. Me lanzaré sobre su fecundo universo artístico. En sus casi cuarenta discos son muchas las gemas musicales de Spinetta. Quiero compartir una de ellas.
Se trata de Correr frente a ti, canción que ubico en el año 1997. La elegí por varias razones: por su música, su letra, por el tema que toca (presumo que la incomunicación) y por contar con un bello videoclip, ideal para compartir por este medio.
Lo de presumir va muy a cuenta con Spinetta, ya que se trata de un músico-poeta que en ocasiones crea letras bastante herméticas. Con el tiempo y leyendo alguna entrevista, me he dado cuenta que muchas veces elige palabras por lo fónico, porque suenan bien, dejando en segundo plano su significado. Lo importante, y está bien que así sea, es que la melodía, la palabra cantada, suscite emoción en el creador y luego en el escucha.
Esta dificultad de entendimiento no parece ser el caso de Correr frente a ti, donde, si quedan dudas, es el propio videoclip el que ayuda a confirmar la interpretación referida, aunque, naturalmente, cada uno será libre de encontrar la suya.
El video posee una estética en blanco y negro y abundan en él los objetos, cuyo valor simbólico daría para un extenso ensayo. La incomunicación se representa a través de la relación entre un hijo y su madre. El primero se ingenia de todas las maneras posibles para conmover a esa figura estática, ensimismada de la madre. Parece imposible lograrlo hasta que finalmente cede. Este momento se representa a partir del ingreso de un ave que abre su majestuoso porte sobre la mesa donde la madre apoya sus manos muertas, su gesto aterrador de estar en cuerpo allí pero en otra parte su alma.
La imagen recurrente, símbolo máximo de la música y del arte, es la del trovador cantando frente a una pared. El muro es obstáculo pero el canto es más y lo va horadando. La canción, la prédica, trasciende la frontera, y es allí el momento de escuchar y escucharse, de quitar trabas, de comunicarse. La música, una vez más, rompe barreras, quiebra cadenas.
Agrego que creo que Spinetta le hablaba a su madre muerta, y que la metáfora del muro señala que sus cantos -rezos- son capaces de destruir el muro que separa su mundo del de su madre, para reencotrarse como el niño y su madre.
ResponderEliminarSalud !
Es una poderosa imagen, salvo que la madre de Spinetta aún vive, o al menos lo hacía hace unos meses. De todas formas, no importa, el creador puede ser muchos a la vez y colocarse -si así lo desea- en esa posición de hijo o de nieto que ansía la comunicación con el trasmundo.
EliminarMuchas gracias por comentar!! Saludos.
Hola ni nombre es francisco Beláustegui,
ResponderEliminarmuy bueno tu analisis del tema. felicitaciones. linda perla para contemplar elegiste.
Abrazo fuerte desde bariloche.
rookieroots@hotmail.com
Para mi habla sobre el autismo. POr experiencia personal.
ResponderEliminarLo lindo del arte es que cada quién completa el círculo con lo que quiere.
El Flaco es lo mas grande que hay
Y puede ser Martín, un autismo real o uno simbólico, cualquiera de los dos pueden estar presentes. Lo principal creo que es esa imagen final, la del encuentro. Gracias por comentar! Saludos!
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